Para aplicarlas piensa en tus emociones como si fuera un semáforo.
Parar: Cuando surge la emoción, detente y respira profundamente para calmar tu mente.
Preguntas guía:¿Que emoción estoy sientiendo? ¿Porque estoy reaccionando de esta manera?
Pensar: Reflexiona sobre la causa de tu emoción y evalúa las diferentes opciones disponibles.
Preguntas guía: ¿Cuales son las posibles consecuencias de mis acciones? ¿Como puedo responder de manera más efectiva?
Actuar: Elige una respuesta emocional más saludable y toma acción de manera consciente y deliberad.
Preguntas guía: ¿Qué acción alineada con mis reflexiones tomaré? ¿Cómo puedo aprender y crecer a partir de esta experiencia?
La práctica regular de esta técnica puede tener un impacto significativo en tu bienestar mental, ayudándote a tomar decisiones más conscientes y a manejar tus emociones de manera más efectiva.
Esperamos te sea de gran utilidad